Amas mucho a tus hij@s, amas mucho a tu espos@, amas mucho a tu novi@, amas mucho a tu mascota, de hecho, has logrado amar tu trabajo aunque tu jefe sea peor que Donald Trump; pero ¿Te amas a ti mism@? Seguramente me dirás que sí, que cómo se me ocurre pensar que no, que si no te amaras a ti mism@ no podrías amar a nadie más, pero, te vuelvo a preguntar ¿Te amas a ti mism@? ¡Sí!.. ¡Ah! Entonces ¿Por qué no te estás cuidando? ¿Por qué no has ido a checar con el médico ese malestar que tienes desde hace tiempo? ¿Por qué sigues excediéndote con lo que sabes que no debes? O aún peor, ¿Por qué sabiendo lo que tienes que hacer para tener un mejor estado físico y estar saludable no lo haces?
Hoy no quiero hablarte de nada más sino de tu salud física. Sabes que has estado haciendo cosas que no debes, o has dejado de hacer cosas que te son necesarias. En estos días escuché decir a alguien, que la salud es como tener una cuenta en el banco; cada vez que haces cosas en pro de tu salud es como si estuvieras haciendo depósitos o consignaciones en esa cuenta, pero cuando dejas de hacerlo se asemeja a los retiros que haces, entonces, te imaginas cómo debe estar tu cuenta? Probablemente le debes al banco hasta el aire que respiras! En serio, empieza a cuidar tu salud, tu cuerpo, tu templo, porque de nada te sirve desvivirte por los demás o por todo lo demás si a la final no vas a poder disfrutar ni a las personas, ni a los bienes que te has procurado con tanto esfuerzo y dedicación. Haz lo que tengas que hacer para sentirte bien físicamente para que puedas continuar en la batalla; nadie pelea sintiéndose débil. Ve con toda! Canción del día: "Wild horses", by: The Rolling Stones. Feliz Miércoles.
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