sábado, 16 de abril de 2016

Ni todo el dinero del mundo

Ni todo el dinero o los regalos del mundo pueden sanar un corazón dolido, ni darle vida a un espíritu apagado. 

Es cierto que a todos nos gustan las cosas buenas, ir a los mejores restaurantes, que nos hagan regalos, y todas esas cosas que con dinero se pueden obtener; pero, la verdad nada de eso puede comprar la paz interior, la tranquilad, lo más valioso de la vida. Cuántas personas con yates, mansiones lujosas, aviones privados y vidas "perfectas" viven sumidas en la soledad y depresión, simplemente porque llenaron sus vidas de objetos, de cosas materiales, y nunca se preocuparon por lo verdaderamente importante, lo que es invisible a los ojos. Tú tienes la oportunidad de tener lo bueno de los dos mundos: Puedes disfrutar de tus cosas materiales que con tanto esfuerzo te has ganado, pero sin descuidar tu espíritu, tu mente, tu alma; sin hacer de lo físico tu prioridad en la vida, sin entregar tu corazón a las vanalidades en las que se mueve este mundo. Deja de mortificarte porque no tienes alguna cosa. No te conformes, sigue luchando, pero no empeñes tu vida, tu salud, tu paz por algo que tarde o temprano se va a desgastar (o se lo va a quedar alguien de quien tú no tienes ni idea). Deja de darle más valor a las riquezas que a las personas, o valorar a las personas por sus riquezas: la pobreza se quita trabajando (eso es fácil), pero sanar la ignorancia y llenar los vacíos personales es más difícil; así que, ¿Quién es más pobre? ¿Eres tú lo que tienes o lo que vales? ¿Estás poniendo tu corazón en lo verdaderamente esencial? Vamos, eres más que eso, una cosa no puede definirte, una cosa no puede quitarte ni darte lo que más amas (tú sabrás lo que es). Canción del día: Yo sé que hoy quieren bailar, así que la recomendada es "Aló Bebé", by: Ilegales. Feliz finde.


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